EJERCICIO FÍSICO Y OSTEOPOROSIS

Con el paso del tiempo, el organismo, tanto en hombres como mujeres va perdiendo de forma paulatina parte de su masa muscular y a la vez le resulta más fácil acumular tejido adiposo. Las mujeres momentos antes de la menopausia añaden el inconveniente de comenzar a padecer una descalcificación gradual de sus huesos debido a las alteraciones hormonales, pues bien, en esta época de la vida , el ejercicio físico resulta indispensable y si es con resistencias, es decir con pesas, todavía mucho mejor. Este será o pasará a ser el primer gran remedio del que podamos disponer para aliviar o incluso solucionar algunos de los síntomas de la premenopausia y menopausia.

Veamos qué beneficios podemos obtener practicando ejercicio físico con pesas. 
  • Nos ayuda de forma relativamente fácil a mantener la musculatura o al menos que la pérdida muscular no sea tan acusada y está demostrado que su práctica habitual alivia en gran medida la mayoría de molestias asociadas a la menopausia. 
  • El ejercicio acompañado de la dieta correcta posibilitará el que seamos capaces de conservar en cierta medida un peso adecuado, a la vez que mantenemos el tejido adiposo bajo control. Además ya hemos visto anteriormente de qué modo tan negativo afecta el sobrepeso al equilibrio hormonal. 
  • He dejado a propósito tratar el tema de la osteoporosis en último lugar de este apartado, para explicar cómo el ejercicio es aún más necesario para prevenir o contrarrestar en la medida de lo posible este trastorno.
Con lo fácil que resulta llegar a una deducción lógica, todavía hay quien no es capaz de ver la relación entre ejercicio y huesos fuertes. Para intentar comprenderlo mejor, expondré el siguiente ejemplo:

Los astronautas cuando pasan largas temporadas en el espacio, viviendo en ausencia de gravedad, uno de los principales y graves problemas que deben afrontar es la descalcificación de sus propios huesos, debido a lo mencionado anteriormente, la falta de gravedad. Nuestro sistema óseo está diseñado para soportar el peso del cuerpo, sin peso no cumple debidamente su función y pasa a ser incensario tener los huesos resistentes y fuertes. Si ya fuésemos capaces de viajar a Marte y pasar largos meses en el espacio, tendríamos que idear para la nave algún sistema de gravedad artificial y de forma permanente, o pasarnos una gran parte del tiempo haciendo algún tipo de ejercicio vigoroso y constante, para ser capaces de mantener nuestros huesos y músculos en condiciones saludables para que no acabasen totalmente atrofiados. Esto nos puede hacer entender fácilmente la importancia que tiene el ejercicio físico para mantener la salud de nuestro sistema óseo. Ya sabemos que la práctica regular de una actividad física regula el sistema endocrino en su totalidad, hace que vuelvan a sus niveles adecuados las hormonas, es un remedio al alcance de todos, fácil y económico. El sedentarismo y la falta de actividad durante periodos prolongados facilitan la perdida de calcio en los huesos, por el contrario el ejercicio, si además es de una cierta intensidad previene y fortalece la densidad ósea del esqueleto. Si somos dueños de unos huesos débiles al llegar a la menopausia los efectos aun serán más acusados y graves. Nunca es tarde para empezar pero siempre es mejor prevenir. Por tanto, será imprescindible entender todo lo aquí explicado sin excusas, ni condiciones para gozar de unos huesos potentes.

Suplementar la dieta con calcio puede ayudar y en cierta medida lo hace, el principal inconveniente está en que nuestro organismo no es capaz de fijar el calcio necesario en los huesos debido al desorden hormonal, la solución no pasa por saturar el organismo a base de importantes cantidades de calcio, que pueden dar lugar a efectos secundarios no deseados, un aporte de calcio contribuye a beneficiarnos en diferentes aspectos, pero lo que deberíamos hacer es buscar una solución en la cual el propio organismo sea capaz de funcionar con la aportación de calcio correspondiente a una persona sana, lo ideal sería adoptar alguna medida para que sea el propio organismo quien vuelva a ser capaz de utilizarlo de forma apropiada sin la necesidad de saturarlo. El ejemplo del astronauta muestra perfectamente que dosis extras de calcio no acabarán por reportar notables beneficios, debido a que su cuerpo no lo absorberá de la forma más apropiada, se puede entender que si le suministramos dosis extra de calcio este acabará por expulsarlas de su organismo debido a que su cuerpo no está por la tarea de necesitar unos huesos fuertes y densos a menos que le demos el estímulo necesario.